Abrázame fuerte y no me sueltes. Apriétame durante un buen rato y sujétame para que mi cuerpo pueda sentir el alivio del peso que le quitas de encima.

Agárrame con fuerza para que pueda dejar de contener la respiración y soltar aire. Para que pueda soltar todo lo que siento y llorar incluso si me hace falta.

Cógeme con fuerza. Con la suficiente para que mi cuerpo se relaje, para que se deje caer con la confianza de que no tacará el suelo porque tú lo sujetas.

Déjame hundir mi nariz en tu cuello y olerte. Sentir ese olor agradable que me lleva a casa. Que me traslada a un lugar seguro donde nada importa, donde nada malo pasa.

Déjame acurrucarme a tu lado. Hacerme bola y pequeñita. Déjame poner mi cabeza en tu pecho y sentir tu respiración hasta que se haga mía.

Abrázame fuerte y recuérdame que no pasa nada. Que puedo dejarme caer porque tú no dejarás que me caiga. Para que sepa que, cuando yo no pueda, tu tirarás de mí y no pasará nada.

Abrázame hasta que me duela el cuerpo y deje de dolerme el corazón.

Abrázame amigo.

Abrázame mi amor.

Porque hace tanto que no me abrazas, que se me está yendo la razón.