A MI NIÑA CHICA. A MI GUERRERA DEL ALMA.
Mi niña chica que llora.
Mi incansable guerrera con su sable y con su hacha.
Asustadas y valientes ante monstruos de tres cabezas que atacan. Sacando uñas y dientes para proteger y resguardar a este corazón que solamente ama.
Luchadoras incansables, de acero forjado y de alma desgastada.
Mi niña chica que llora.
Mi gran guerrera del alma.
…
Ya pasó…
Porque sí, todo pasa.
Arroparos por fin debajo de mi manta. Dejaros estar y no tengáis miedo de los fantasmas.
Porque este corazón, al que habéis protegido a toda costa, ahora mismo ya es capaz de hacer magia.
Y no quiere más hachas, ni sables, ni armas blancas.
No entiende de armaduras ni de corazas.
No quiere esconderse ni en cajitas ni en cajas.
No va a estar al acecho porque ya conoce a los fantasmas. Porque estar al acecho cansa. Porque nada bueno puede nacer de la desconfianza y de la rabia.
Ya no tiene lugar para tus dudas, para las suyas o para las mías.
Ahora este corazón sabe de ti, de la niña chica, del monstruo de tres cabezas y de sus cargas.
De vuestra experiencia se ha forjado su piel.
Y ahora, por fin, sabe del poder de su magia.
Nati
Guapa